Nada de lo anterior implica regatearle sus logros a cualquiera de los dos Cárdenas, o menospreciar la esperanza que ambos han representado, en sus respectivos momentos, para la historia de la socialdemocracia en México. Pero parte de construir un Estado progresista robusto está en crear instituciones que mantengan su carácter progresista aun y cuando los progresistas ya no estén en el poder. Eso es algo que hombres menos comprometidos con la integridad y la buena fe, como los Cárdenas, quizás habrían reconocido con más celeridad.
Special thanks to CBR for facilitating the publication of the review, and for excellent editing.